Tener éxito en un nuevo puesto puede significar navegar por reglas tácitas o no escritas del éxito. Este artículo explica cómo descubrir esas reglas y trabajar con ellas.
Cuando empiezas en un trabajo nuevo, siempre hay una curva de aprendizaje a medida que te haces una idea de tus responsabilidades, de cómo encaja tu papel en la organización, los procesos, los objetivos y, en general, cómo funcionan las cosas. La parte explícita -como lo que está documentado, lo que tu jefe y tus compañeros de trabajo comparten contigo- son conocimientos que puedes adquirir. Lo más difícil suele ser todo aquello a lo que no se accede fácilmente: las normas tácitas y las formas de interactuar.
Las reglas tácitas, como dice Gorick Ng, asesor profesional de Harvard, permanecen tácitas porque se transforman silenciosamente de «cosas que no sabemos que no sabemos» a «cosas que consideramos de sentido común».
Explorar las normas tácitas
Pero las reglas tácitas no siempre son «sensatas». A veces son mecanismos para hacer frente a una mala gestión o a la incertidumbre, a veces son creadores de grupos que determinan quién está «dentro» y quién está «fuera» en términos de influencia y poder, y a veces son un síntoma de un lugar de trabajo que cambia rápidamente (por eso muchas startups tienen mucho más conocimiento tácito que explícito).
Para tener éxito en un nuevo puesto, tendrás que descubrir este conocimiento tácito y trabajar con él. Gorick Ng hace hincapié en tres elementos que contribuyen al éxito laboral:
- Competencia: Ser fiable, detallista y receptivo. Saber comunicarse eficazmente y saber gestionar. Demostrar capacidad para prever situaciones complejas antes de que sucedan y mostrar cualidades de liderazgo incluso antes de alcanzar un puesto directivo.
- Compromiso: Ser receptivo y creíble. Inspirar confianza y mostrar compromiso con la visión del entorno de trabajo.
- Compatibilidad: Trabajar proactivamente con colegas y directivos para fomentar el esfuerzo colectivo. Mostrar un auténtico espíritu de equipo.
La compatibilidad es el vector interesante, ya que a menudo es donde las reglas tácitas tienen un gran impacto. La compatibilidad puede ser el motor de esas situaciones en las que te sientes frustrado pero no sabes por qué, o por qué algunas personas parecen avanzar más deprisa de lo que indican sus capacidades.
Básicamente, una de tus prioridades debe ser comprender las normas culturales predominantes. Éstas varían en función del sector, la geografía, la profesión o la demografía, así como de las preferencias personales de tus superiores. Habrá normas en torno a cosas como el horario de trabajo, las vías de escalada apropiadas, la disposición de tus superiores a atenderte sin cita previa, el código de vestimenta, las vacaciones, el estilo de comunicación, la formalidad e incluso los chistes internos.
Gorick Ng sugiere que te hagas las siguientes preguntas para conocer mejor tu puesto:
- ¿Soy consciente? ¿Conoces los procesos, los flujos de trabajo y las normas?
- ¿Soy visible? ¿Estás plenamente presente en el trabajo? ¿Aportas opiniones e ideas?
- ¿Soy atento? ¿Evalúas cómo pasas el tiempo de calidad en tu trabajo y en tu vida?
- ¿Tengo mentores? ¿Tienes personas que te ayudan a reflexionar y a crecer en tu carrera?
- ¿Estoy patrocinado? ¿Tienes personas dispuestas a defenderte?
Gorick Ng también investigó cómo influye la clase social en las normas culturales, y descubrió que las personas que no pertenecen a la clase dominante (a menudo de cuello blanco y clase media-alta) tienen que aprender normas que otros que han nacido «en el círculo» simplemente conocen porque son comportamientos aprendidos que han observado toda su vida.
Comportamientos y competencias
En muchos tipos de cultura de empresa, hay algunos comportamientos y competencias que probablemente sean buenos para la construcción de la carrera profesional. Muchos no figurarán en tu ficha de evaluación porque son difíciles de medir:
- Establecimiento de relaciones. Demuestra tu capacidad para entablar relaciones dentro y fuera de tu organización, especialmente con los clientes si puedes. Ser capaz de llevarte bien con otros departamentos redundará en un mejor rendimiento.
- Influencia y trabajo en equipo. Averigua pronto cómo ser colaborativo y una persona influyente, y encuentra formas de ayudar a todo tu equipo a hacerlo bien.
- La política es una cosa. Incluso en los mejores lugares de trabajo, la política existe. Encuentra formas de jugar bien dentro de tus propios límites. Sin embargo, no te involucres en comportamientos negativos como cotilleos malintencionados o salir adelante a costa de otra persona.
- Conocedor y competente. Ponte al día sobre el sector, la empresa y los conocimientos profundos del departamento que te ayudarán a ser un mejor colaborador. Aprende de los errores y procura escuchar a las personas que tienen experiencia en las áreas en las que tienes lagunas.
- Proactivo. Anticípate a las necesidades y actúa sobre los problemas u oportunidades a medida que surjan. Utiliza tu red en desarrollo para socializar los objetivos compartidos y conseguir que otros se suban a bordo cuando sea necesario.
Hay una advertencia sobre las competencias en el sentido de que puedes romper algunas reglas tácitas si no eres sensible a las prácticas de trabajo y a las personas influyentes clave. Algunos ejemplos podrían ser adelantarse a un proyecto sin tener toda la información de fondo o sin consultar a todas las partes interesadas, lo que puede dar lugar a pisar o herir egos.
Cómo desenvolverse cuando las normas no son obvias
En cualquier situación en la que existan «normas de conducta» tácitas, puedes optar por seguir adelante. Algunos eligen seguir las normas establecidas, pero eso puede ser limitante. Puedes tropezar y no entender realmente por qué.
Entonces, ¿qué puedes hacer?
- Observa. Presta atención a cómo hacen realmente las cosas tus compañeros frente a lo que te dicen que es el proceso correcto. Confirma tus observaciones con un compañero de confianza y pregúntale por qué las cosas se hacen así. Las respuestas revelarán conocimientos tácitos.
- Averigua dónde encajas. Necesitas saber por qué te contrataron, dónde encajas en la organización y cómo ve tu jefe tu trayectoria profesional en la organización. Igual de importante es comprender lo que piensan los demás sobre por qué te contrataron o dónde encajas. Esto puede revelar mucho sobre la dinámica del equipo y de la empresa.
- Haz los deberes. Antes de empezar a hacer un montón de preguntas, haz tu propia investigación sobre la historia de los proyectos o decisiones clave. Hay muchas fuentes indirectas que también pueden ser útiles: echa un vistazo a cualquier base de conocimientos existente, notas de proyectos, discusiones de grupo, documentos compartidos, etc. El ingeniero de software David Qorashi recomienda un enfoque de «agrupar y escalar», en el que reúnes una lista de preguntas y empiezas con el miembro más joven de tu equipo. Escala hacia arriba con (esperemos) menos preguntas cuando llegues a la cima, asegurándote de demostrar que ya has hecho algunos deberes antes de preguntar.
- Pasa del modo aprendiz al modo líder con el tiempo. En un nuevo trabajo o función, empieza en modo aprendiz, haz preguntas y gana confianza, y luego pasa al modo líder, en el que sabes más que los demás. Ser consciente de en qué modo te encuentras puede informarte sobre cómo debes comportarte en las reuniones y con tus compañeros de trabajo.
- Defiende a tu jefe y ayúdale a ser tu defensor. Aprovecha al máximo tus reuniones individuales para comprender cuáles son sus prioridades, intereses y motivaciones. Comparte tus aspiraciones y objetivos profesionales. Si te sientes cómodo, cuéntales lo que has observado y pídeles su opinión. Cuanto más sepas, más podrás implicarte en tareas que les interesen.
- Comprende todos los KPI clave. La mayoría estarán documentados y comunicados, pero algunos no. Rendir bien significa alcanzar tus objetivos, pero también puede haber KPI ocultos, como las horas de trabajo, tu forma de comunicarte y correo electrónico, o lo bien que te anticipas a lo que tu jefe necesita para quedar bien con el siguiente paso. Aunque mostrar resultados es mejor que compartir tus actividades, a veces es en las actividades donde se comparte información valiosa, por lo que siguen siendo una parte valiosa de la gestión de tu carrera.
- Sé paciente y no tengas miedo de salir de tu zona de confort, sobre todo cuando haya contratiempos. Siempre hay una curva de aprendizaje, y tu capacidad de adaptación es un factor clave para superar los retos operativos y profesionales. Cuando te sientas incómodo o frustrado, puede que estés en contra de algunas normas tácitas que tienes que aprender, así que tienes que aceptarlo.
- No postures en exceso. Si te dan la propiedad de algún proceso, dominio o proyecto como parte de un nuevo cargo, te mirarán con lupa por cómo asumes la propiedad. No tienes por qué mantener todo como estaba, pero ponerlo todo patas arriba tampoco sentará bien. Hacer cosas como forzar aprobaciones más estrictas, microgestionar o bloquear la retroalimentación probablemente conducirá a malos resultados.